miércoles, julio 19, 2006

Jose Satriani en Almería y los problemas auditivos

Son ocasiones verdaderamente especiales, sobre todo en una ciudad pequeña como Almería, los conciertos de figuras importantes de la música. Últimamente está la provincia que se sale; el fin de semana pasado se celebró la primera edición del Natural Music Festival, con actuaciones de (lo que queda de) Guns'n'Roses, The Pretenders, Los Planetas, Rinoceröse, etc... En Agosto nos visitan los Rolling Stones (si un cocotero no se cruza de nuevo en el camino de Keith Richards)... y ayer día 18 de Julio, tuvimos la actuación de Joe Satriani, uno de los mejores y más famosos guitarristas actuales. Echad un vistazo a un fragmento de "Always with you, always with me":


Esta es una de las canciones suavecitas, una balada prácticamente; pero cuando sonaban canciones con más empuje (casi todas), surgía el problema de muchos conciertos: el exceso de potencia de sonido. Es posible que quienes leáis esto os encojáis de hombros pensando que nunca habéis experimentado tal cosa; sea como sea a mí y algunos amigos nos ha afectado ya en alguna que otra ocasión; a grandes rasgos, ocurre cuando el volumen de salida es tal que el sonido se "satura", y, o bien se emite distorsionado, o bien es el propio oído el que no puede asumir tanto caudal sonoro y la mente lo percibe como saturado.


Uno de los problemas que esto conlleva lo constituye el hecho de que la mayor parte del tiempo solamente se distingue el instrumento principal, en este caso la guitarra eléctrica, y en los pasajes con más pegada el segundo guitarrista se podía haber ido fuera a tomarse algo porque no se distinguía para nada su melodía. El indeseado efecto secundario es el zumbido de oídos que permanece al terminar el concierto; según tengo entendido, ocurre cuando hemos estado sometidos a niveles nocivos de sonido. Mala cosa. En mi caso, el zumbido persistió hasta el mediodía siguiente, así que no deja de causarme cierta preocupación por mis pobres orejillas.

Lo admito, estar en la segunda fila puede tener parte de la culpa de estas molestias auditivas, pero en un auditorio [sic] no debería ser necesario un volumen excesivo para que las últimas filas escuchen bien, siempre que esté bien diseñado, claro está. Por desgracia el de Almería es en un auditorio con unos asientos casi insufribles, y en el que parecen haber usado la longitud media del fémur humano como espacio entre filas. En algunas zonas es horrible estar sentado para una persona con cierta estatura.


Pero quejas aparte, el concierto fue impresionante, y una ocasión única. Volvería a ponerme en la fila 2, o en la 1, pero esta vez con tapones.